Las láminas de PVC transparente destacan por su flexibilidad, transparencia y resistencia al agua. Son ligeras, fáciles de limpiar y cuentan con propiedades aislantes térmicas y acústicas, convirtiéndose en una alternativa práctica frente al metacrilato o al policarbonato en usos interiores o temporales.

Sí, pueden emplearse en toldos, pérgolas y separaciones exteriores, pero se recomienda evitar la exposición prolongada a radiación UV directa. Para aplicaciones permanentes al sol, es mejor optar por PVC estabilizado UV o policarbonato, que ofrecen mayor resistencia a la intemperie.

Se fabrican en espesores desde 1 mm hasta 5 mm según el tipo de aplicación: láminas finas para cortinas o recubrimientos, y láminas gruesas para ventanas flexibles, toldos o separaciones industriales.

El PVC es autoextinguible, por lo que ofrece cierta resistencia al fuego y no propaga la llama. También presenta buena resistencia a agentes químicos y humedad, lo que lo hace ideal para ambientes industriales, alimentarios o sanitarios.

• Limpie con agua y jabón neutro evitando productos abrasivos.
• No utilice disolventes ni alcohol, ya que pueden opacar la superficie.
• Almacene las láminas en lugares planos, secos y protegidos del sol para conservar su flexibilidad.

• Industria: cortinas para talleres, cámaras frigoríficas, separaciones acústicas.
• Comercio: cerramientos de terrazas y escaparates temporales.
• Hogar y jardinería: toldos, cubiertas y ventanas flexibles.

Sí. El PVC flexible puede cortarse con cúter, tijera o calor, y puede soldarse por calor o alta frecuencia para crear uniones estancas. Se recomienda usar herramientas limpias y temperatura controlada para mantener la transparencia y evitar deformaciones.